Qué relación hay entre Hz y FPS y por qué no son lo mismo
Los monitores gaming modernos alcanzan hasta 240 Hz de frecuencia de actualización, ofreciendo imágenes más fluidas y precisas. Sin embargo, la tasa de fotogramas (FPS) depende del rendimiento gráfico del equipo. Ambos conceptos se conectan, pero no son equivalentes y afectan de forma distinta la experiencia visual.
Por qué confundir Hz y FPS afecta tu rendimiento visual
En el mundo del gaming competitivo, comprender la diferencia entre Hz y FPS puede marcar la diferencia entre ganar o perder una partida. Muchos jugadores creen que ambos términos miden lo mismo, pero no es así.
Los Hz representan cuántas veces el monitor se actualiza por segundo, mientras que los FPS indican cuántas imágenes genera la tarjeta gráfica en ese mismo tiempo. Por ejemplo, un monitor de 144 Hz puede mostrar hasta 144 imágenes por segundo, pero si tu GPU solo produce 60 FPS, verás solo 60 imágenes diferentes cada segundo.
En cambio, si tu monitor solo soporta 60 Hz y tu GPU genera 144 FPS, estarás desperdiciando potencia gráfica, porque el monitor no puede mostrar más de 60 actualizaciones por segundo. Por lo tanto, el equilibrio entre ambos valores es clave para lograr una experiencia fluida y sin “tearing” o desgarros de imagen.
Qué son los hercios (Hz) y cómo influyen en la fluidez
El hercio (Hz), según Wikipedia, es una unidad de medida que indica cuántas veces ocurre un evento por segundo. En el caso de las pantallas, mide la frecuencia de actualización.
Un monitor de 60 Hz actualiza la imagen 60 veces por segundo, mientras que uno de 144 Hz o 240 Hz lo hace 144 o 240 veces. Esa diferencia se traduce en una sensación de mayor suavidad y respuesta inmediata en los movimientos.
Por eso, los jugadores competitivos suelen preferir monitores de alta frecuencia de actualización, ya que reducen el input lag y mejoran la precisión visual al apuntar o reaccionar en tiempo real.
Qué son los FPS y por qué dependen del hardware
Los frames per second (FPS) son el número de fotogramas que genera la GPU cada segundo. Es una medida del rendimiento gráfico del sistema, influenciada por la potencia del procesador, la tarjeta gráfica, la memoria RAM y la optimización del videojuego.
Un juego a 30 FPS ofrece una sensación visual aceptable para títulos narrativos o cinemáticos, mientras que 60 FPS o más se consideran ideales para juegos de acción o shooters.
Sin embargo, no todos los monitores pueden mostrar esa cantidad de imágenes. Si tu pantalla tiene 60 Hz, cualquier tasa superior quedará limitada a esa frecuencia, generando posibles desincronizaciones si no activas tecnologías como V-Sync, FreeSync o G-Sync.
Diferencias clave entre Hz y FPS
A continuación, una tabla comparativa sencilla para entender mejor su relación:
| Concepto | Hz (Hercios) | FPS (Frames per second) |
|---|---|---|
| Qué mide | Frecuencia de actualización del monitor | Imágenes generadas por la GPU |
| Depende de | El monitor | El hardware del PC o consola |
| Límite físico | Determinado por el panel (60, 120, 144, 240 Hz) | Depende del rendimiento gráfico |
| Efecto visual | Afecta la suavidad de la imagen | Afecta la fluidez del movimiento |
| Ideal para gaming | Monitores de 144 Hz o más | Juegos con 120 FPS o más |
Ambos parámetros se complementan: sin una buena frecuencia de actualización, no aprovecharás una alta tasa de fotogramas. Y sin buenos FPS, no aprovecharás los hercios de tu pantalla.
Cómo sincronizar Hz y FPS para una experiencia óptima
La clave está en sincronizar la frecuencia del monitor con los fotogramas generados por la GPU. Tecnologías como NVIDIA G-Sync o AMD FreeSync permiten que la pantalla ajuste su tasa de actualización en tiempo real según los FPS que produce la gráfica.
Esto elimina el “screen tearing” y reduce la latencia, ofreciendo una imagen fluida y coherente. Además, mantener una frecuencia constante mejora la percepción de movimiento y reduce la fatiga visual.
Por lo tanto, si tu GPU genera 144 FPS, lo ideal es contar con un monitor de 144 Hz, lo que garantiza que cada fotograma generado se muestre correctamente en pantalla.
Cómo elegir un monitor gaming según tus FPS
Al comprar un monitor gaming, debes considerar no solo los hercios, sino también las capacidades reales de tu sistema. Si tu GPU no alcanza los 240 FPS, un monitor de 240 Hz no aportará una mejora perceptible.
Para la mayoría de los jugadores, un panel de 144 Hz ofrece un equilibrio excelente entre rendimiento, precio y compatibilidad con la mayoría de tarjetas gráficas actuales.
Además, verifica que el monitor tenga tiempo de respuesta bajo (1 ms o 2 ms) y soporte para tecnologías de sincronización adaptativa. Así aprovecharás al máximo cada fotograma.
Preguntas frecuentes
¿Qué pasa si tengo más FPS que Hz?
El monitor no puede mostrar más imágenes de las que su frecuencia permite, por lo tanto, se limita a sus Hz máximos.
¿Qué pasa si tengo menos FPS que Hz?
Verás una imagen menos fluida, ya que el monitor repetirá fotogramas antiguos, provocando microtirones.
¿Influyen los Hz en los FPS?
No directamente. Los Hz dependen del monitor, los FPS del hardware. Pero si ambos se equilibran, la experiencia visual mejora notablemente.
Lo que debes recordar
Entender la diferencia entre Hz y FPS es esencial para aprovechar tu equipo de gaming. Ambos parámetros se complementan, pero no se sustituyen. Elegir bien te permitirá disfrutar de una imagen fluida, precisa y sin interrupciones.
Puntos clave:
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Los Hz miden la frecuencia de actualización del monitor.
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Los FPS miden los fotogramas que genera tu GPU.
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Ambos deben estar sincronizados para obtener fluidez real.
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Las tecnologías G-Sync y FreeSync ayudan a equilibrarlos.
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Un monitor de 144 Hz es ideal para la mayoría de jugadores.